Antes de hablar de filtros, hay algo que no se nos puede olvidar:
la claridad contigo misma.
¿Quieres una conexión profunda y amorosa?
¿O solo un encuentro pasajero, sexual, energético, divertido?
Ambas cosas son válidas.
Pero lo más importante es saberlo y comunicarlo.
Porque cuando no somos claras con lo que queremos, es fácil acabar enredadas en situaciones que nos confunden, nos hieren o nos drenan.
Y también, si tú sabes que lo tuyo es algo momentáneo, sé honesta con el otro.
Así como te gustaría que él lo fuera contigo.
Eso es tener responsabilidad emocional y amor propio.
Porque sí, a veces no se trata de que «los hombres son así o asá», sino de cómo nos posicionamos nosotras frente al vínculo.
No se trata de cerrarse, sino de mirar con ojos bien abiertos, sin cegarse por el deseo, la ilusión o la necesidad.
Entonces sí, vamos con los filtros que te pueden ayudar a discernir desde el inicio y no volver a caer en relaciones que no van contigo:
Filtros internos: lo que pasa dentro de ti
1. Tómate el tiempo de conocerlo
No hay prisa. La ilusión quiere correr, pero el amor real necesita raíz.
2. Medita antes de enredarte
¿Quieres estar con él porque te nace compartirte? ¿O para llenar un vacío, por miedo a estar sola, por carencia?
3. Escucha tu intuición
No la confundas con ansiedad o idealización. Escucharla requiere pausa, respiración y honestidad interna. La intuición no grita, susurra.
4. Revisa si ya estás proyectando
A veces no vemos a la persona, vemos nuestras ganas de que por fin sea él. Pero, ¿realmente lo conoces o estás imaginando?
5. Recuerda tus patrones
¿Ya conoces tu talón de Aquiles? ¿Qué cosas te hacen perderte, desconectarte de ti?
Filtros externos: lo que el otro muestra (más allá de lo que dice)
1. Observa si sus acciones coinciden con sus palabras
¿Te busca de forma coherente? ¿Está presente? ¿Es claro? O te da migajas de atención y desaparece cuando le hablas de algo serio.
2. ¿Tiene una vida construida?
No se trata de que sea exitoso, sino de que tenga dirección, compromiso con su proceso, con su trabajo, consigo mismo.
3. ¿Cómo habla de sus vínculos pasados?
Si habla mal de todas sus ex, ojo. Si nunca se compromete, ojo. Si siempre tiene una historia enredada, doble ojo.
4. ¿Cómo gestiona sus emociones cuando algo no sale como quiere?
Ahí ves realmente quién es. No cuando todo va bien, sino cuando algo se tuerce.
Y lo más importante:
No te ciegues por las ganas de que sea «el indicado».
Tú puedes estar lista para un amor profundo y aún así cruzarte con personas que no lo están.
Eso no significa que hay algo mal en ti.
Solo significa que tu corazón sigue aprendiendo a elegir con más sabiduría.
Al final, más allá de lo que sentimos o proyectamos, hay algo que sostiene cualquier vínculo verdadero: la comunicación.
No importa si es una amistad, un encuentro casual o una historia de amor profundo, poder hablar desde la verdad es lo que mantiene el puente abierto entre dos seres.
Escuchar, expresar, aclarar… eso también es amar con conciencia.
Comunicar también es amar.
En toda relación — amistosa, casual o romántica —
la comunicación es el hilo que lo sostiene todo.
- Saraha
Blog: SEXUALIDAD CONSCIENTE

¿Te gusta él… o la historia que te estás contando?

Meditar para sentir: el placer como camino

¿Qué pasa cuando no llego al orgasmo?

¿Por qué los encuentros casuales nos mueven tanto? La verdad que nadie quiere ver

Amigos con derecho: cuando la película se cruza con la vida real

Placer sin culpas: cuando un juguete me enseñó más que mil relaciones

Sensualidad consciente: más allá de lo erótico

Ser sexy no es un acto… es un estado: la sensualidad nace de la autenticidad

El lenguaje de los toques: cuando la piel dice «te amo»

Reconstruir una relación sana con el cuerpo

Cuando mi camino se cruza con el de Saraha
