A veces, cuando usamos nuestros juguetes, notamos que empezamos a sudar demasiado.
¿Te ha pasado?
No siempre es por calor o por excitación.
Muchas veces es porque estamos corriendo hacia el orgasmo, como si fuera una meta obligatoria, y en esa prisa nos olvidamos de todo lo demás.
Ese sudor puede ser el reflejo de una lucha interna: el placer contra los condicionamientos que cargamos.
La mente queriendo llegar «ya» y el cuerpo intentando decirnos: «No es por ahí.»
Cuanto más te obsesionas con llegar al orgasmo rápido, más difícil se vuelve.
Y tu cuerpo lo sabe.
El sudor, en esos casos, puede ser su forma de mostrarte que el mensaje no es correr, sino detenerte, experimentar y disfrutar sin meta.
El verdadero placer no se mide en segundos, ni se trata de llegar a un final, sino de perderse en el camino.
- Saraha
Blog: SEXUALIDAD CONSCIENTE

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