Soltar para ser auténtico: cuando dejar ir es un acto de amor propio

Soltar duele. 

A veces, duele más que quedarse. Porque quedarse, aunque duela, parece fácil: ahí está la persona, ahí está el vínculo. Pero soltar… soltar es elegirte a ti. Y esa elección, muchas veces, duele más que perder a alguien. 

 Este texto es para ti si alguna vez sentiste que para agradar a alguien tuviste que traicionarte a ti mismo. 

Cuando querer agradar se vuelve una prisión 

 ¿Cuántas veces hacemos lo imposible para que alguien nos quiera? Bajamos la voz, apagamos el fuego, nos llenamos de «sí» cuando queremos decir «no». Y lo hacemos creyendo que así no perderemos a esa persona. 

Pero ¿qué pasa en realidad? 

Nos perdemos a nosotros mismos. 

 Yo lo viví. Varias veces. Y la última vez me di cuenta de algo importante: 

Intentar encajar duele más que perder. 

La señal que lo cambia todo 

Un día, en medio de esa lucha interna, llegó un alivio inesperado. 

Leí una frase que decía: «Si tienes que traicionarte para sostener un vínculo, no es amor, es dependencia.» Y lo sentí en el cuerpo: respiré profundo, sentí alivio… y supe que había llegado la hora de soltar. 

Soltar no es romper, es liberar 

No solté desde la rabia ni el rencor. Solté con gratitud. Porque esa persona me mostró una parte de mí que necesitaba sanar: el miedo a no agradar. 

Hoy puedo decir: 

Te dejo ir, no porque no me importes, sino porque yo también importo. 

¿Cómo saber que es momento de soltar? 

• Cuando para mantener la relación tienes que disfrazarte. 

• Cuando la autenticidad se siente peligrosa. 

• Cuando el vínculo te hace sentir pequeño/a, apagado/a, insuficiente. 

Si te pasa, recuerda esto: 

Soltar no es abandono, es amor propio en acción. 

Soltar duele, sí. Pero también libera. 

Te devuelve la energía, la autenticidad, la paz. 

Y con el tiempo, entiendes que las puertas que cierras por amor propio son las que te abren la vida que mereces. 

¿Estás listo para dejar de encajar y empezar a ser? 

Porque elegirte a ti nunca será egoísmo. 

Será siempre un acto de amor. 

- Saraha