Hay encuentros que no siguen ningún guion.
Personas que aparecen y despiertan algo que no sabías que tenías.
Conexiones que no piden permiso, que no esperan aprobación.
Simplemente suceden.
Y ahí, en ese instante, tienes dos opciones:
Seguir la voz de la mente que dice «no deberías»…
o escuchar el latido que susurra: «vive».
Yo elegí vivir.
Elegí sentir.
Elegí la autenticidad por encima del molde.
Cuando lo que sientes desafía lo que te enseñaron
Toda la vida nos repiten reglas invisibles:
«Esto es correcto», «Esto no está bien», «Esto no es para ti».
Pero cuando llega una conexión que traspasa esas líneas, la vida te pone frente a una verdad incómoda: ¿Vas a vivir para complacer al mundo… o para honrarte a ti?
Mi respuesta fue clara:
Yo no quiero ser obediente a las reglas.
Quiero ser fiel a mi corazón.
Y no hablo de una rebeldía vacía.
Hablo de la valentía de elegir desde la esencia, no desde la culpa.
Porque la autenticidad incomoda, pero también libera.
La magia de una conexión real
Cuando alguien llega y enciende tu fuego interno, lo sientes.
No importa el contexto, las etiquetas, lo que digan los demás.
Hay algo que trasciende lo físico: la vibración.
Ese lenguaje invisible que no se ve, pero que el alma reconoce.
Con esta persona no había dudas.
No había juegos.
Solo una certeza: quiero estar aquí, quiero vivir esto, quiero descubrir lo que surge cuando me atrevo a decir SÍ.
Y eso lo cambió todo.
Porque no fue desde la carencia, ni desde la necesidad.
Fue desde la elección.
Desde la libertad.
Romper moldes no es fácil… pero vale la pena
Seguir el corazón no siempre es cómodo.
A veces duele.
Duele soltar expectativas, miradas ajenas, juicios internos.
Duele porque amar libremente es un acto de coraje.
Pero ese dolor se convierte en fuerza cuando entiendes que lo haces por amor a ti misma.
Hoy sé que cada vez que elijo mi verdad, construyo una vida más auténtica.
Y que las conexiones que llegan a transformarme son regalos, no errores.
No se trata de la edad, ni de las etiquetas, ni del qué dirán.
Se trata de esto:
¿Estás viviendo para cumplir un molde… o para honrar lo que sientes?
Yo elijo la segunda opción.
Porque la vida es demasiado corta para no escuchar la voz que late dentro.
¿Alguna vez rompiste una regla por amor?
Cuéntamelo en los comentarios… quiero leerte.
- Saraha
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