Desde que deje mi tierra natal y emprendí mi viaje por el mundo, cada experiencia vivida ha sido como abrir una nueva ventana al mundo.
Vivir en Bolivia, Peru y ahora en Mexico me ha brindado la oportunidad de sumergirme en culturas, tradiciones y formas de vida completamente diferentes a las que estaba acostumbrada.
Una de las mayores lecciones que he aprendido de esta aventura internacional es la importancia de la apertura mental y flexibilidad.
Al encontrarme con las personas de diversas nacionalidades, regiones y antecedentes culturales, he aprendido a apreciar la riqueza de la diversidad y a comprender que nuestras diferencias son lo que nos hace únicos y hermosos como individuos y como sociedades.
Vivir en el extranjero también me ha permitido ver el mundo con una perspectiva mas amplia y comprender que los problemas y desafíos que enfrentamos como sociedad son interconectados y globales. A pesar de las diferencias culturales que existen en el mundo hay preocupaciones compartidas que nos unen, como la crisis climática, los problemas políticos y sociales, y la necesidad de preservar nuestro medio ambiente para las generaciones futuras.
Ademas, he observado un deseo común entre las personas de todas las partes del mundo: el deseo de conocerse a si mismas, encontrar paz interior y vivo en conciencia. Esta búsqueda trasciende las barreras culturales y lingüísticas, y nos conecta a todos en un nivel mas profundo de humanidad.
Y no podemos olvidar el anhelo universal de encontrar a nuestro compañero o compañera de vida, alguien con quien compartir nuestras alegrías, nuestros sueños y nuestras luchas. A traves, de mis propias experiencias y observaciones, he visto como el amor y la conexión humana sonadores universales que nos unen mas allá de nuestras diferencias.
En resumen, mi vida en el extranjero como rusa que ha vivido en Bolivia, Peru y ahora en Mexico me ha ensenado que el mundo es un lugar vasto y diverso, lleno de oportunidades para aprender, crecer y contribuir positivamente. Cada experiencia vivida me ha enriquecido de formas que nunca imagine, y estoy agradecida por todas las lecciones aprendidas este viaje internacional.
Saraha