El rechazo duele.
No importa si fueron meses, años, o solo unos días. Cuando alguien deja de estar, cuando el vínculo se rompe, algo dentro ti se tambalea.
Y en medio de ese temblor, la mente grita:
“Busca a alguien. No te quedes sola. No aguantes este vacío.”
¿Te ha pasado?
A mí, sí.
Recuerdo que cuando terminé mi relación, el impulso fue brutal. Mi herida del rechazo sangraba, y cada fibra de mi ser quería salir corriendo, encontrar otra mirada, otro cuerpo, otra voz que me dijera:
“Eres suficiente.”
Pero algo dentro de mí decidió hacer lo contrario.
Elegí quedarme. Conmigo.
No fue fácil.
El primer año fue un infierno suave.
✔ Las noches se sentían eternas.
✔ Las redes sociales parecían gritar: “Todos tienen a alguien, menos tú.”
✔ El silencio era ensordecedor.
Y, sin embargo… ahí, en medio de ese silencio incómodo, descubrí algo:
No era soledad. Era un reencuentro.
Porque cuando no elegimos la salida fácil (otro cuerpo, otra pareja, otra distracción), el dolor nos muestra su verdadero regalo:
La oportunidad de aprender a sostenernos, sin mendigar amor.
¿Por qué buscamos tan rápido otra relación?
Porque el rechazo no solo duele: toca la herida más antigua, la que dice:
“Si no me eligen, no valgo.”
Por eso corremos. Para no sentir.
Pero cuando corremos, repetimos la historia:
Saltamos de vínculo en vínculo, llevando la misma herida sin curar.
¿Qué pasaría si te quedas?
Si eliges sostener el silencio.
Si aprendes a ser tu propia mirada, tu propio abrazo.
¿Doloroso? Sí.
¿Liberador? Más de lo que imaginas.
Quedarte contigo no es soledad.
Es intimidad contigo misma.
Es construir raíces antes de volver a florecer.
Si hoy sientes que el rechazo te arde por dentro, respira.
No corras.
El amor que buscas afuera, empieza contigo.
- Saraha
Blog Personal

Cuando alguien dice «No»: Cómo transformar el rechazo en un puente hacia ti

Incluso herid@, puedes crear belleza

Rechazo: el dolor que no se puede negociar

Modo Bikini: cuando decidí dejar de esconderme

Amistad entre hombre y mujer: una historia sin censura

La Amistad: ese amor sin maquillaje

¿Relación perfecta? El peso invisible que nos impide amar de verdad

Comer con amor: la lección que me dejó Brasil sobre el placer y la vida

La valentía de decir NO: cuando poner límites es un acto de amor propio

Bailar como meditación: No es técnica, es entrega

Amar sin poseer: la revolución de los vínculos libres

Viajar en grupo: el espejo que nadie quiere mirar

Viajar sola: ¿libertad real o solo una ilusión bonita?
