Viajar en grupo: el espejo que nadie quiere mirar

Creemos que viajar con amigos es diversión garantizada. 

Risas, fotos, recuerdos. 

Pero, ¿qué pasa cuando el viaje se convierte en un laboratorio para el ego? 

Lo descubrí a la mala (y con mucho amor). 

La parte que nadie cuenta 

Viajar en grupo no es solo elegir un destino. 

Es poner a prueba la paciencia, la empatía y la autenticidad. 

Porque cuando hay diferentes personalidades, todo sale a la luz: 

✔ Quién necesita control. 

✔ Quién evita el conflicto. 

✔ Quién se siente excluido con facilidad. 

El verdadero reto no son los horarios… es el ego 

Las discusiones no son por la hora del desayuno, ni por qué playa visitar. 

Son por algo más profundo: la necesidad de tener razón, de ser visto, de ser importante. 

Y ahí entendí algo: el viaje no es con otros, es contigo mismo y con tu sombra. 

Preguntas que cambiaron mi forma de viajar en grupo 

• ¿Por qué me molesta tanto que lleguen tarde? 

• ¿Qué activa en mí cuando alguien toma decisiones sin consultarme? 

• ¿Por qué me siento excluido si deciden algo sin mí? 

Cuando me hago estas preguntas, dejo de pelear con el otro… y empiezo a conocerme.  

Tips para disfrutar (sin perder la paz) 

1. Habla antes del viaje: expectativas claras salvan amistades. 

2. Permite la diferencia: no todos tienen tus ritmos ni tus gustos. 

3. Toma espacios para ti: incluso en grupo, la soledad es necesaria. 

4. Recuerda el propósito: más que cumplir un itinerario, es compartir momentos. 

Viajar en grupo puede ser un desafío… o una oportunidad. 

Porque cada roce es un espejo, cada diferencia es un maestro, y cada silencio que eliges es una victoria sobre el ego. 

¿La recompensa? Aprendes a amar sin querer controlar. 

Y eso, créeme, vale más que cualquier paisaje. 

¿Cuál ha sido tu mayor reto viajando con amigos?  

- Saraha