El amor propio es mucho más que una frase de moda. Es el cimiento sobre el cual cada ser humano puede construir una vida plena y auténtica.
Es amor, paciencia, la capacidad de poner límites saludables y una fuente inagotable de fuerza interior. Es compasión, salud, confianza, relaciones sanas, comprensión, intimidad profunda, plenitud, elecciones claras, empoderamiento… y mucho más. Hablar de amor propio es sencillo y, a la vez, uno de los temas más profundos y desafiantes. Por eso, en este artículo quiero poner énfasis en el amor propio como la esencia de la verdadera belleza. Cuando aprendemos a mirarnos con amor y respeto, esa belleza florece de manera natural y auténtica.
La meditación es una práctica esencial para cultivar ese amor que emana de nuestro interior y se convierte en una fragancia que envuelve a cada ser que se acerca a nosotros. A través de la meditación, un ser humano florece, evoluciona y expande su amor como una energía sutil y genuina. Meditar no solo ayuda a descubrir lo que es sano para nosotros y lo que no, sino que también nos enseña a crear relaciones profundas, conectando desde un lugar distinto: el corazón. La mayor parte del tiempo vivimos en la mente, buscando soluciones, tratando de construir relaciones desde ahí… pero la verdadera puerta para conectar con uno mismo es el corazón. Ábrete a ti mismo a través de tu corazón, transforma tu vida y crea conexiones íntimas, donde la vulnerabilidad se vuelve una fortaleza y te conduce a una fuerza suave y poderosa.
La meditación nos invita a ser compasivos con nosotros mismos, a trascender y a sanar aquellas partes de nuestro corazón que no siempre han recibido el cuidado que merecen. Este amor propio es una práctica continua y consciente que, cuando se cultiva, nos permite irradiar una belleza genuina, una belleza que surge de amarnos y respetarnos profundamente. Te invito a dedicar tiempo a la meditación para conectar contigo mismo, explorar tu ser y descubrir la esencia de tu amor propio. La meditación abre el camino hacia una relación más íntima y profunda con tu verdadero yo.
Próximamente, en diciembre, practicaremos juntos la meditación del Corazón de Atisha, una experiencia para sentir cómo la energía del amor, tan vasta y poderosa, transforma y libera todas las energías, creando una conexión profunda contigo mismo y con todo. Porque cuando uno ama, el amor se convierte en una expansión de uno mismo, en una apertura inmensa hacia todo lo que nos rodea.
Saraha