¿Cuándo fue la última vez que sentiste tu piel vibrar de placer sin prisa ni expectativa?
No hablo del placer sexual, sino de ese gozo sutil que surge cuando alguien acaricia tu brazo, cuando el agua tibia recorre tu espalda o cuando la música toca tu piel como un susurro.
Desde niños conocemos esa sensación: un roce en el antebrazo, una mano en el cabello, y el cuerpo responde con ternura y alegría.
Pero algo pasa en el camino: crecemos y el placer se reduce a zonas «permitidas», mientras el resto del cuerpo queda dormido.
¿En qué momento olvidamos que la piel entera es un mapa sensorial?
1. El mito del placer en un solo punto
Vivimos creyendo que el placer se concentra en lugares específicos:
✔ Los genitales.
✔ El cuello.
✔ Tal vez los labios.
Pero el cuerpo entero está diseñado para sentir.
Cada célula de la piel puede convertirse en una puerta al gozo… si le damos atención.
El problema no es el cuerpo:
❌ Es la desconexión.
❌ Es la prisa.
❌ Es la idea de que el placer es «solo sexual».
2. Mi experiencia: del adormecimiento a la expansión
Durante mi formación en masaje, descubrí algo fascinante:
• Mi cuerpo había olvidado sentir.
• Algunas zonas despertaron de inmediato (pies, manos, antebrazos), otras estaban dormidas.
• Después de cada práctica, notaba algo: la piel empezaba a «escuchar» de nuevo.
Un día, simplemente, me encontré bailando en casa con poca ropa y sentí la música vibrar en mi piel como un amante invisible.
No era sexo, era vida fluyendo.
Y comprendí:
✨ El placer no está en un punto, está en la atención.
3. Tres llaves para despertar la piel
Si quieres reconectar con el placer sutil que habita en ti, no necesitas un juguete, ni una pareja.
Necesitas tres cosas simples:
✔ Tacto consciente:
Explora sin prisa. Roza tus brazos, tu abdomen, tus piernas, no para excitarte, sino para sentir.
✔ Respiración profunda:
El aire abre espacio al placer. Respira por la boca, deja que el vientre se mueva.
✔ Sonido liberado:
Gime suave, suspira, deja que la voz acompañe la sensación. El sonido amplifica lo que el cuerpo ya siente. Con estas tres llaves, incluso un roce en la espalda puede convertirse en un océano.
4. El placer como camino de vida
El placer no se limita al cuerpo, es una actitud ante la vida. Cuando despiertas la piel, despiertas la capacidad de gozar lo simple:
✔ Un baño caliente.
✔ El viento acariciando tu rostro.
✔ El abrazo de alguien querido.
No busques dónde se siente más.
Permite que TODO tu cuerpo aprenda a sentir.
Cada caricia enciende un río silencioso.
Cada respiración profunda es una invitación a volver a casa.
El placer no es sucio ni egoísta.
Es sagrado, porque nos conecta con la vida misma.
La pregunta no es:
«¿Dónde está el placer?»
La pregunta es: «¿Estoy presente para sentirlo?»
¿Cuál es la parte de tu cuerpo que más disfrutas que acaricien?
¿Te animas a explorar una nueva?
Cuéntamelo en comentarios.
- Saraha
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